Los clientes siempre elogian mucho el servicio del Hotel San Miguel, donde los miembros del personal son particularmente atentos y serviciales. Esta magnífica mansión del siglo diecinueve fué restaurada y ahora es operada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, así que todos sus beneficios están reinvertidos en la restauración del centro histórico de la ciudad.
El establecimiento se nombra así por Antonio San Miguel y Segalá, un miembro importante de la sociedad de La Habana, quién la adquirió en 1913. Sus interiores combinan la grandeza con la intimidad, a veces con detalles levemente excéntricos, como en la imponente escalera de mármol que contrasta con un vestíbulo algo pequeño. Las habitaciones en el San Miguel son muy cómodas, y desde la terraza de la azotea hay una vista maravillosa de la entrada del puerto y del faro del Castillo de los Tres Santos Reyes Magos del Morro.
El San Miguel está excelentemente ubicado para la exploración de La Habana Vieja.
Calle Mercaderes No.120, Habana Vieja, La Habana
Museo del Tabaco
El Museo del Tabaco se encuentra dentro de un edificio del siglo XVIII que perteneció a la familia Bartolomé Luque, en la calle Mercaderes, La Habana Vieja. Este museo está dedicado a la preservación y exhibición de colecciones relacionadas con las plantaciones, producción y comercialización de tabaco cubano. Exhibe una gran colección de pipas, hojas y otros artículos relacionados, así como una colección de piedras litográficas y máquinas de importantes compañías de cigarros. El museo tiene una pequeña tienda donde podrá obtener diferentes habanos y artículos para fumadores.
Calle Inquisidor e/ Muralla y Teniente Rey, Habana Vieja
Plaza Vieja
Los vecinos de la ciudad insistieron al ayuntamiento en la necesidad de crear una nueva plaza pública para su diversión. En 1587, el consejo municipal decidió utilizar como plaza pública el área detrás del Convento de San Francisco, que se estaba construyendo en ese momento. Durante las últimas décadas del siglo XVI, esta plaza se llamaba Plaza Nueva, pero desde el siglo XVIII, una vez que se construyó la Plaza del Cristo, comenzó a conocerse como la Plaza Vieja. La característica más destacable de esta plaza son los edificios que la rodean, con su incuestionable importancia histórica y artística de haber sido el anteproyecto de un estilo arquitectónico que, junto con ciertos desarrollos, posteriormente se extendió por toda la ciudad y caracterizó la arquitectura cubana del siglo XVIII siglo.
San Ignacio No.61 (Plaza de la Catedral), Habana Vieja, La Habana
Museo de Arte Colonial
El Museo de Arte Colonial se encuentra dentro de las construcciones más antiguas de la Habana Vieja, el Palacio de los Condes de Casa Bayona, una mansión reconstruida en 1720 por el gobernador cubano, Don Luis Chachón. En esta construcción se destacan el patio clásico y los techos trabajados en madera. El palacio cuenta con una ubicación maravillosa, justo enfrente de la catedral de San Cristóbal de La Habana. Este pequeño museo cuenta con una exposición de muebles coloniales y arte decorativo, entre los que se destacan algunos objetos de cerámica con motivos coloniales de Cuba, así como varias escenas de comedores coloniales y una fantástica colección de flores ornamentales.
Carretera de La Cabana, Habana del Este
Fortaleza de San Carlos de La Cabaña
La gran Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, conocida como 'La Cabaña', que corre junto al puerto, fue construida después de la captura de La Habana por los ingleses en 1763. La mayor de las estructuras militares construidas por España en América, esta fortaleza fue completada en 1774 y su presencia formó un elemento de disuasión completo y efectivo contra los enemigos del país. El polígono, que ocupa un área de alrededor de 10 hectáreas, consta de bastiones, revellines, fosos, pasillos cubiertos, cuarteles, plazas y tiendas. Está impresionantemente bien conservado, y los jardines y las murallas se iluminan románticamente por la noche. Esta fortaleza alberga la espectacular ceremonia nocturna de El Cañonazo de las Nueve, el disparo de un cañón que marcó el cierre de las puertas de la ciudad, una de las tradiciones más antiguas y atractivas de La Habana.